Después de perder por 50 puntos precisamente ante Bélgica en su estreno mundialista, Puerto Rico rearmó su orgullo competitivo para medirse a las anfitrionas. Con la defensa como epicentro de su propósito de enmienda, las caribeñas sorprendieron de inicio a una España desubicada. En menos de cuatro minutos, las jugadoras de Batista ya habían anotado más que en toda la primera mitad el día anterior. Y, con O’Neill y Meléndez como arietes, hicieron una inopinada hucha de 10 puntos en un santiamén (3-13, m. 6). Mondelo comenzó a pulsar teclas para solventar la coyuntura y remodeló completamente su quinteto inicial. Relevó a Silvia Domínguez que, en su regreso a la competición tras una tortuosa lesión en el gemelo en la preparación, notó la inactividad y recurrió a la potencia de Queralt Casas y la intensidad de Cristina Ouviña, pero no funcionó la fórmula. En lugar de la velocidad aparecieron las prisas y el ataque español se convirtió en una sucesión de despropósitos que se estrellaban ante la defensa zonal de Puerto Rico: 2 de 18 en tiros de campo al final del primer cuarto, con 0 de 8 en triples. Los nervios, que no había encontrado resquicios en la sólida España inaugural ante Japón, se abrió paso durante unos instantes en el equipo de Mondelo (8- 15, m. 10). A duras penas, la experiencia de Anna Cruz y Laia Palau fue ordenando a la selección española hasta sacarla del atolladero. Para entonces, O’Neill había cogido carrerilla con 12 puntos en 11 minutos, pero el motor de las anfitrionas comenzó a carburar. En apenas cuatro minutos, hormigonándose en defensa y liberándose en ataque, las jugadoras de Mondelo protagonizaron una remontada express. Con un 12-2 de parcial en ese tramo, España recompuso su figura tras el agobio (26-23, m. 18). La lista de deberes para el entreacto era amplia. Con 13 pérdidas de balón y un pobrísimo 9 de 31 en el tiro, solo el rebote (30-15) sostenía a las campeonas de Europa. Sin embargo, con otra exhibición de abnegación defensiva, las de Mondelo impusieron definitivamente su libro de estilo y enderezaron el partido a lo grande: del 25-26 al descanso al 78-53 final, que desató la ola en Tenerife.

España viaja del destemple al poderío ante Puerto Rico y pone un pie en cuartos

Las anfitrionas vencen a Puerto Rico (78-53) y dejan encarrilado el primer puesto de su grupo tras enderezar una deficiente primera mitad con 22 puntos de Ndour


España sobrevivió a la espesura y la ansiedad para derrotar a Puerto Rico en la segunda jornada del Mundial tras un inicio a contrapié que quedó enderezado con una contundente segunda mitad. Las dos caras del equipo de Mondelo las representó Astou Ndour que, con dos puntos al descanso y 20 tras la reanudación, viajó del destemple al poderío para imponer la calidad de las anfitrionas. Teniendo en cuenta que Japón ganó a Bélgica después de una prórroga (75-77), España tiene encarrilado el primer puesto de su grupo, con el que evitaría el cruce de octavos, incluso perdiendo ante las belgas mañana.

Después de perder por 50 puntos precisamente ante Bélgica en su estreno mundialista, Puerto Rico rearmó su orgullo competitivo para medirse a las anfitrionas. Con la defensa como epicentro de su propósito de enmienda, las caribeñas sorprendieron de inicio a una España desubicada. En menos de cuatro minutos, las jugadoras de Batista ya habían anotado más que en toda la primera mitad el día anterior. Y, con O’Neill y Meléndez como arietes, hicieron una inopinada hucha de 10 puntos en un santiamén (3-13, m. 6).
Mondelo comenzó a pulsar teclas para solventar la coyuntura y remodeló completamente su quinteto inicial. Relevó a Silvia Domínguez que, en su regreso a la competición tras una tortuosa lesión en el gemelo en la preparación, notó la inactividad y recurrió a la potencia de Queralt Casas y la intensidad de Cristina Ouviña, pero no funcionó la fórmula. En lugar de la velocidad aparecieron las prisas y el ataque español se convirtió en una sucesión de despropósitos que se estrellaban ante la defensa zonal de Puerto Rico: 2 de 18 en tiros de campo al final del primer cuarto, con 0 de 8 en triples. Los nervios, que no había encontrado resquicios en la sólida España inaugural ante Japón, se abrió paso durante unos instantes en el equipo de Mondelo (8- 15, m. 10).
A duras penas, la experiencia de Anna Cruz y Laia Palau fue ordenando a la selección española hasta sacarla del atolladero. Para entonces, O’Neill había cogido carrerilla con 12 puntos en 11 minutos, pero el motor de las anfitrionas comenzó a carburar. En apenas cuatro minutos, hormigonándose en defensa y liberándose en ataque, las jugadoras de Mondelo protagonizaron una remontada express. Con un 12-2 de parcial en ese tramo, España recompuso su figura tras el agobio (26-23, m. 18).
La lista de deberes para el entreacto era amplia. Con 13 pérdidas de balón y un pobrísimo 9 de 31 en el tiro, solo el rebote (30-15) sostenía a las campeonas de Europa. Sin embargo, con otra exhibición de abnegación defensiva, las de Mondelo impusieron definitivamente su libro de estilo y enderezaron el partido a lo grande: del 25-26 al descanso al 78-53 final, que desató la ola en Tenerife.
Fuente:el país.

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