Nazik está acusado de orquestar un doble atentado con coche bomba que acabó con 53 personas en Reyhanli
Con una confesión televisada por la cadena pública TRT, perfectamente escenificada, Ankara ha anunciado este miércoles al mediodía la detención del culpado de provocar una de las mayores matanzas de la historia reciente turca: Yusuf Nazik. Este hombre de 34 años, nacido en la provincia turca de Hatay, está acusado de orquestar, bajo órdenes de la Inteligencia siria, un doble atentado con coche bomba que acabó con 53 personas en la localidad fronteriza de Reyhanli, el 11 de mayo de 2013.
Según la agencia semioficial Anadolu, en una versión confirmada por el autor confeso, su arresto se produjo en una "operación selectiva" de los servicios secretos turcos, conocidos como MIT, en la provincia costera siria de Latakia, bastión leal a Damasco. Por lo tanto, los agentes supuestamente se infiltraron en territorio gubernamental "sin apoyo de Inteligencia extranjera", en una fecha no especificada, capturaron al sujeto y lo trajeron a Turquía "por caminos seguros".
En la grabación difundida por TRT, Nazik asegura haber recibido "órdenes de la Inteligencia siria", de parte de una persona apodada Hadyi. Los datos que aporta Anadolu sobre el interrogatorio añaden que, previamente, el detenido inspeccionó la zona objetivo, trajo los explosivos de contrabando de Siria a Turquía y se hizo con dos furgonetas. Poco después, asegura, estas fueron las que estallaron frente a la delegación del Gobierno y la oficina de correos de Reyhanli, provocando una gran destrucción.
"Me dirijo al Estado sirio: el Estado de Turquía es grande y con seguridad rendirá cuentas con vosotros", parece leer en las imágenes, o recitar de memoria, Yusuf Nazik, dirigiéndose a otros presuntos implicados en el atentado, el mayor de la historia turca cuando ocurrió. Él, en la lista de fugitivos con distintivo azul, es uno de los ocho sospechosos identificados que permanecían a la fuga cuando se abrió el juicio por la masacre. Otros nueve presuntos participantes fueron condenados el pasado febrero a cadena perpetua.
"Consideramos la información proporcionada por Yusuf Nazik sobre la involucración de operativos de la Inteligencia siria en el ataque de Reyhanli de 2013", asegura un alto funcionario turco a los medios. "Su testimonio corrobora rumores ampliamente compartidos sobre el rol activo del régimen de Asad en el bombardeo", añade. Damasco, particularmente un paramilitar turco al servicio del Gobierno sirio llamado Mihraç Ural -al que se atribuye una masacre de civiles en mayo de 2013, integraban la acusación turca.
La administración Asad rechazó esa versión. Su entorno sugirió que el atentado de Reyhanli, una de las ciudades refugio para civiles que huían de Siria y para combatientes opositores que planeaban sus ofensivas contra los leales a Asad, era parte de una operación para forzar una intervención occidental en suelo sirio. Un grupo de 'hackers' turcos filtró en 2013 unos documentos, supuestamente de la Inteligencia, en los que reconocía la posibilidad de un atentado con coche bomba por las fechas del ataque de Reyhanli.
La aparición del testimonio de Nazik ocurre justo cuando Ankara y Damasco vuelven a evidenciar sus posturas opuestas sobre cómo abordar la situación en la provincia noroccidental de Idlib y alrededores, único territorio que les queda a los milicianos opositores armados y a más de dos millones de civiles, muchos desplazados internos durante batallas anteriores. Siria y Rusia abogan por bombardear como hasta ahora; Turquía pide tiempo para acabar con la presencia de los más radicales, pro Al Qaeda.

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